+34 91 594 13 05
Las técnicas quirúrgicas que aplicamos a los niños fisurados son las más avanzadas y aceptadas internacionalmente, con resultados de alta calidad. En su primer mes de vida y sólamente sí lo precisa, le colocamos en su boquita ORTOPEDIA PREQUIRÚRGICA. A los 3 meses operamos el labio, la nariz y la encía. A los 12 meses se interviene la fisura palatina. Al año el niño está definitivamente corregido.
El tratamiento de los niños con fisura facial debe ser integral y realizado por un equipo multidisciplinar, para así obtener los mejores resultados funcionales y estéticos.
Definición: Se trata de una malformación oro facial estructural y por tanto congénita, que consiste en una hendidura o fisura del labio y/o estructuras adyacentes, por la falta de coalescencia entre los mamelones embrionarios faciales en formación.
|
Embriología: La cara se origina entre las semanas 4ª y 8ª del periodo embrionario, gracias a la fusión medial de los mamelones faciales laterales (mamelón maxilar y mandibular) y el mamelón cefálico o frontonasal. El labio superior se forma por la unión de los 2 mamelones maxilares con unas placodas que emergen del mamelón frontonasal.
Fallos en los procesos de fusión de los diferentes mamelones desencadenan las fisuras faciales. Se distribuyen alrededor de las órbitas, párpados y labios. La más frecuente y conocida es el labio fisurado o hendido.
Etiopatogenia y Frecuencia: Cuando un bebé nace con una malformación facial, se vivencia con angustia en el seno familiar. Representa un impacto emocional no sólo para la pareja, sino también para todo el contexto social que rodea al niño.
Lo primero es no culpar a ninguno de los padres ni familiares de la aparición de esta malformación. La gran mayoría (85% de las fisuras faciales) ocurren espontáneamente y son de origen multifactorial. En pocos casos (15%) pueden asociarse a otros problemas y ser parte de un síndrome. En algunas familias, las hendiduras ocurren en varios miembros de la misma; en estos pocos casos la herencia es más importante.
Algunas veces ciertas sustancias o teratógenos pueden contribuir en su aparición, pero la mayoría de las veces, no se encuentra una estrecha asociación con ningún teratógeno. La gran mayoría de los casos es la suma de la herencia poligénica y multifactorial (genes menores difícilmente identificables), con agentes ambientales usualmente desconocidos.
La frecuencia en nuestro medio es de 1 niño con fisura facial cada 700 recién nacidos vivos (es realmente bastante frecuente). Esta incidencia aumenta en la raza asiática e indios centroamericanos y disminuye en la raza blanca. En la raza negra es aún más infrecuente.
Diagnóstico Precoz: En algunas ocasiones se realiza el hallazgo en un examen de ultrasonidos (ecografías) durante el embarazo. Otras veces la posición de la cabeza del niño o cuando la fisura es mínima no es fácil diagnosticarla en el periodo prenatal. Si se confirma la fisura en un diagnóstico precoz, es posible que usted se sienta mejor al saber que hay equipos de especialistas que están listos para ayudarle. También resulta útil conocer a otros padres con hijos que nacieron con este problema y que les pueden ser de ayuda.
C/ José Abascal, 22 1ºB
28003 Madrid
Tlf: 91 594 13 05
Horario de 16:00 a 20:00h.
mercedesmartin@labioleporino.org